jueves, 22 de mayo de 2008

DIA-LOGO

1. Diá-Logos. Dos “logoi” que andan. Andan en el Logos (Palabra).
2. Logos como Palabra auténtica.
3. Autenticidad dada por señalar o mostrar y, tal vez, Decir “la Cosa” (Realidad).
4. “La Cosa” como lo que se nos presenta en su puridad originaria.
5. Pueden señalarse diversas caras de “la Cosa”. Como si se mostraran diversos lados del “cuerpo” de la Cosa.
6. De aquí se desprende la posibilidad de la equivocidad del Decir la Cosa. Esto es, la Cosa es susceptible de múltiples y diversas maneras de interpretarla o comprenderla.
7. Pero, se señala a la misma realidad. Pues, lo Real (Cosa) es Uno. Por esta razón, no estamos autorizados aquí, a hablar de “realidades diversas y/o múltiples”.
8. La Cosa puede ser reflejo del Pensar. (En este sentido podemos, decir oportunamente, junto con el Filósofo de Stagira, que “el alma es todas las cosas”; y pensar también que el Ser y el Pensar son uno y lo mismo, como perentoriamente lo ha establecido Parménides).
9. Por eso, la Cosa, o la Realidad mostrada, es como un espejo que refleja al cognoscente.
10. La mirada que el sujeto cognoscente realiza de la Cosa es siempre intencionada (de intentio, tendere: tender hacia algo) e interesada (de inter-esse: “estar entre”, supone la tendencia a participar de algo).
11. A partir de esto, entendemos que la Realidad mostrada por el cognoscente puede estar mediada noéticamente (de “noema”: “pensamiento en tanto objeto del pensar”. Los “noemas” son el contenido de lo pensado, las ideas, las nociones), según grados.
12. Esta mediación noética supone la capacidad propia del cognoscente de llevar a cabo y tender hacia el velamiento o develamiento, sea parcial como total, de la Cosa (Realidad). Por ello es que es posible notar que en el acercamiento del cognoscente a la Realidad, éste suela manipularla tanto en exceso como en defecto.
13. Esta intencionalidad interesada lleva en sí todo el bagaje subjetivo del cognoscente.
14. La subjetividad informa (in-forma: da forma, configura) a las mediaciones noéticas “utilizadas” por el cognoscente en el encuentro con la Cosa. De esto, dependerá la comprensión de lo Real.
15. Del libre arbitrio del sujeto depende la importancia que adquieran dichas mediaciones frente al papel que juegan las cualidades y categorías intrínsecas de lo presente.
16. Ahora bien, pareciera que no sólo del cognoscente depende el velamiento o develamiento de la Cosa, ya que, de acuerdo con las circunstancias ésta actúa como si ella misma se nos ocultaría o desocultaría.
17. Entonces, tenemos que el ocultamiento o el des-ocultamiento parece que puede ser causado tanto por el libre arbitrio del cognoscente como por la Cosa misma.
18. En lo que a la acción del cognoscente se refiera, éste puede esquivar o tapar – tal como hemos establecido en el punto 12 – la mostración natural de la Cosa (Realidad). El esquivo o el ocultamiento intencionado e interesado de lo que se presenta, de lo auténticamente real, puede resultar “nocivo” para los dialogantes al momento de señalarlo y decir “algo” de ello.
19. Mucho más nocivo para los andantes y su andar, puede resultar el crear representaciones noéticas muy subjetivas y hacerlas pasar como si fuesen la Realidad (Cosa) misma, en sí.
20. En esta instancia el diálogo desaparece. Porque uno de los andantes (logoi) en esta acción se autoexcluye. Al no permitir que la Cosa se muestre en su puridad originaria, ya no anda éste en el Logos; en otras palabras, ya no Dice la Palabra auténtica. Sino que, lo que se señala es una mediación representativa muy subjetiva de aquello que se presenta como Real.
21. Entonces, el autoexcluido pierde la autenticidad. Por no mantener la correspondencia entre el Pensar y la Cosa (Real. Ser).
22. Más la Cosa (Realidad), velada o no, mediada o no, siempre será reflejo de quien la señale como tal.
23. (Por si nos interesa, en última instancia, nos atrevemos a decir que es el juicio de la Realidad misma el más determinante).
24. Mientras tanto, Sólo anda el Develado; Aquel que cuida siempre la autenticidad y mantiene viva la coherencia y correspondencia entre la Palabra y la Cosa.

Saludos.
Nacho.

lunes, 19 de mayo de 2008




La escuela es… el lugar donde se y hacen amigos, no se trata sólo de edificios, aulas, salas, pizarras, programas, horarios, conceptos…
Escuela es sobre todo, gente, gente que trabaja, que estudia, que se alegra, se conoce, se estima.
El director es gente, el coordinador es gente, el profesor es gente, el alumno es gente, cada funcionario es gente.
Y la escuela será cada vez mejor, en la medida en que cada uno se comporte como compañero, amigo, hermano.
Nada de isla donde la gente esté rodeada de cercados por todos los lados. Nada de convivir las personas y que después descubras que no existe amistad con nadie. Nada de ser como el bloque que forma las paredes, indiferente, frío, solo.
Importante en la escuela no es sólo estudiar, no es sólo trabajar, es también crear lazos de amistad, es crear un ambiente de camaradería, es convivir, es unirse.
Ahora bien, es lógico… que en una escuela así sea fácil estudiar, trabajar, crecer, hacer amigos, educarse, ser feliz.

Paulo Freire




domingo, 18 de mayo de 2008

SOBRE LAS PREGUNTAS DE ROSARIO Y UNA SORPRESA

Rosario, comparto tus planteos. La reflexión, exigente y dialogante (tal como dice Máximo), "no es soplar y hacer botellas".

El sábado tuvimos una clase accidentada. Se nos sumaron problemas y planteos.

Hablaré de planteos de diverso tipo y en distintyos tonos que escuchamos. Algunos de ellos, entremezclados con cuestiones que no refieren a la Cátedra del Profesor Máximo Chaparro, sino a los RESPONSABLES DE LA EXTENSIÓN ACADÉMICA que funciona en su ciudad.

Entre algunos de estos planteos hubo también acusaciones. Algunas compañeras de Pedagogía, con mucha impetuosidad nos reclamaban y responsabilizaban de no poder ser ellas miembros de los blogs. Lo que, en mi caso, causó cierta sorpresa. Puesto que aquel conoce de los mecanismos para enviar invitaciones de estos espacios, sabe que una dirección se puede "escapar". Pero ya 5 o 6 como se planteaba el sábado, me hizo pensar.

"¿En qué me he estado equivocando?", era lo que me preguntaba en los momentos de silencio. Uds. habrán podido apreciar la manera en que nos mirábamos quienes estábamos parados al frente. Hubo momentos de tensión. ¿Qué provocó esto? Lo que antes dije: los reclamos y acusaciones en ciertos casos, de responsabilizarnos por no poder formar parte de quienes escriben y publican en estos blogger. Vale decir que a estos espacios SE PUEDE ACCEDER AÚN SIN SER INVITADOS. Por tanto, quien busque información de la Cátedra, podrá acceder sin NINGÚN TIPO DE INCOVENIENTE (reitero: sea o no miembro).

En uno de esos instantes, salí con una compañera hacia Secretaría para verificar sus dichos. Para mi sorpresa y la (posterior) de Máximo, esas alumnas FORMABAN PARTE YA DE LA LISTA DE MIEMBROS EN NUESTROS BLOGS. Reitero: HABÍAN SIDO ENVIADAS LAS INVITACIONES EN SU DEBIDO MOMENTO Y HABÍAN SIDO ACEPTADAS EN LA FORMA CORRESPONDIENTE.

Lo que provocó mayor congoja, fue el silencio que guardaron luego de darse por enterados. Con las personas que estábamos frente al grupo, nadie se retractó. Pese a que en su momento pedí que por favor lo dijeran a todos de la misma manera en que se nos responsabilizó. En tono suave, escuché a una de ellas decir que estaban equivocadas. A esta persona agradezco este gesto de su parte.

Disculpen desde ya estas fuertes palabras.

Atentos saludos, como siempre
FEDERICO

¡El sábado ... se nos fue!

Y me quedé pensando en esta última clase...
Quizás este no sea el espacio para que exprese mi descontento, disculpen si estoy fuera de lugar, es posible también que otros opinen igual que yo y no se animen a hacerse escuchar, pero si este blog ha sido pensado para la reflexión creo que también da lugar al disenso ¿ o n0 ?.
Me pregunto ¿ cuántos de nosotros no corrimos para llegar a tiempo a la clase del sábado?, ¿cuántos para poder llegar tienen que hacer una travesía para dejar los hijos al cuidado de abuelos, tíos, etc?
¿Quienes de nosotros no invierte dinero y tiempo cada sábado?
Y después pienso en Máximo y los chicos que lo acompañan cada clase. ¡ Cuánto empeño en preparar la clase ! ¿O acaso no trabajaron hasta la madrugada? ¿No dijo Máximo ?: esta clase va a ser dificil, el tema es dificil, complicado... (casi no lo pudo desarrollar)
Entonces me pregunto: ¿no habrá llegado el momento de formar alguna comisión o algo similar, para tratar los temas que nos preocupan, sin resignar tiempos de clase, y que funcione como intermediario entre docentes-alumnos, llevando inquietudes, aportes y por que no críticas que ayuden a construir esto que está naciendo, y de lo que nosotros somos iniciadores?
No se bien que se implementa en este nivel académico, pero creo que las clases son muy pocas, los contenidos son amplios, la presencia del profesor no deja de ser importante (a pesar de la posibilidad que nos brinda la tecnología), y cuando lo tenemos frente a la clase debemos aprovecharlo al máximo.
Y después de todo ... ¿ que conclusión sacamos de la charla de este sábado? ¿quedó claro para todos?

martes, 13 de mayo de 2008

Ese es nuestro DESAFIO

“ No acepten lo habitual como cosa natural,
Pues en los tiempos de desorden sangriento,
de confusión organizada, de arbitrariedad,
consciente, de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural, nada debe
parecer imposible de cambiar.”

Bertolt Brech.

Utopías: Imaginarios sociales

Se ha convertido el libro de Tomás Moro uno de los principales referente que ha tenido la historia al proyecto Utópico por su dimensión filosófica, literaria y política, escrita en 1516, en el que los personajes describen la situación social que vivía Inglaterra en esa época. En éste marco se introduce el relato de un marino que narra su experiencia como náufrago en la isla de Utopía.
Podemos definir a la Utopía como “región que no existe en ninguna parte, un país imaginario.”
Es en éste país en donde se entrelazan y mezclan cuestiones de tipo políticos, sociales, religiosos, que sin lugar a dudas producen en el que las lee un contenido de alto nivel de ensoñación y quimeras, además de atender y contener una carga importante de valorizaciones y valorizantes que forman un entramado semántico de carácter intencional.
Es en éste país donde el imaginario Social construye una ciudad distinta a la conocida que sobresale por sus instituciones, ubicada en otra parte, definida como un espacio-tiempo imaginario, que se opone diametralmente a la sociedad real.
Es decir que en ésta narración Moro recurre a un todo indisoluble entre la imaginación y el saber, a decir del saber propio de los intelectuales.
En el texto tropezamos con un juego erudito y poético de tramas narrativas del discurso, de anécdotas, de desvíos, etc. Además de un componente lúdico y erudito muy bien expresado que no hace más que movilizar a intelectuales y vulgares.
“Este juego no le quita nada a la exigencia intelectual y moral del texto. Por el contrario corrobora la convención sobre la que apoya la seriedad de su ficción, y por consiguiente de su mensaje que debe ser descifrado por el lector mismo: un mensaje que es tanto un llamado a la imaginación, como al saber de aquél y cuya ambigüedad es intencional.
Es por eso que desde lo imaginable se puede sostener una comunidad política ideal, que no existe en otro lugar y que no tiene cabida sino en el propio imaginario que se abre al saber, es decir que su legitimidad está dada por su búsqueda desinteresada.
“Este derecho y este poder solo son legitimados precisamente por su status intelectual en el que la imaginación misma está alimentada y guiada por lo racional por el saber que el mismo posee.”
Es por eso que es tan importante el aporte que hizo Tomás Moro al imaginario social de un nuevo paradigma no como algo que produce bienestar y felicidad por un tiempo breve, sino que el discurso utópico construye desde el imaginario social complejas relaciones desde ideas filosóficas, movimientos sociales, corrientes ideológicas, manteniendo un dinamismo social y una actitud esperanzadora colectiva actuando como verdaderos agentes de cambio capaz de concretar los sueños emergidos de la sociedad.
Para hacer un poco de historia de éste término tan controvertido y ambiguo, podemos decir que al comienzo de éste texto se afirmó que el elemento valorizante en las utopías es su contendido imposible, soñador y que solo los soñadores políticos lo podían hacer.
También observamos que en la República de Platón, se presenta este discurso utópico como forma de presentación de un “proyecto de legislación ideal”.
Hay algunos autores que denominan a los textos utópicos “novelas políticas” que tienen por finalidad presentar obras con un alto contenido de perfección, subrayando lo que debiera ser, accediendo a la felicidad como un hecho futuro e inalcanzable.
Otra terminología aparecida era la de Ficcionar: “Es imaginar caracteres morales y políticos para transmitir verdades esenciales del orden social.”
Es pues que a partir de éste término se comenzó ya no como un género literario sino como investigación histórica, reflexión histórica, análisis sociológico y se descubre sus diversas implicancias desde el arte hasta los diferentes movimientos sociales.
Nombraremos solo algunos, Saint-Simon, Fourier, Owen fieles defensores del socialismo utópico defendiendo una sociedad emancipada en la que no existiera el dominio de unos seres humanos sobre otros y de Karl Marx y Engels del socialismo científico, en la que una futura revolución la clase proletaria debería en una primera instancia apropiarse de los aparatos del Estado, y en una segunda instancia suprimirlo, por los cuales éste último sostiene que sus ideas se construyeron sobre las espaldas del socialismo utópico.
Marx “reconoce el carácter socialista de las ideas utópicas que animaban a las revueltas populares y en particular al de algunas resultas campesinas e interpretar estas utopías como otras tantas manifestaciones de profundos sentimientos de las masas oprimidas.”
Es decir que por un lado las utopías toman el carácter valorizante que ingresa al marxismo como predecesoras del marxismo científico y por otro, la óptica está puesta sobre el imaginario y lo afectivo, transformándose así en manifestaciones repetitivas de revuelta social y de un futuro comunitario. Este carácter comunitario se puede ver en segundo plano en las obras de Marx, quien por motivos desconocidos no da rienda suelta a su imaginación social como si temiera caer en un sueño, o en el carácter ilusorio de su posición. Pero de esta manera no hace mas que afirmar un poderoso sueño movilizador que marcó profundamente el imaginario colectivo hasta nuestros días.
Para Sorel (1904) el sentido específico y la valoración peyorativa están expresados por la oposición utopía/mito y el autor acusa al marxismo de haber inmovilizado un mito en la utopía. Para este autor la utopía es el camino de llegada, de sus realizaciones últimas y de sus hechos, la utopía es utilizada como un instrumento, ajenas a las masas y que solo facilita su manipulación. En cambio el mito es una fuerza, es el producto de una conciencia colectiva producido por la espontaneidad de las revueltas de las masas, no se discute solo se adueña de las mismas.
Para Karl Mannheim (1936) la utopía está siempre determinada históricamente: en ella se manifiestan las aspiraciones, los ideales, y los sistemas de valores de los grandes movimientos sociales, es decir, que no se cataloga como una precisa expresión literaria sino como una visión global del mundo es decir la manifestación social de una conciencia histórica.
Baczko sostiene que algunas posturas limitan y restringen los enfoques metodológicos a un corpus definido por un género literario, pero se corre el riesgo de encerrar esos mismos textos y de volverse incomprensibles en los imaginarios colectivos.
Otro enfoque sería el de efecto unificador de fenómenos que se hallan atomizados y representan solo una forma del imaginario social y no funciona de un modo aislado con respecto a las demás formas. Aquí se trabaja con las fronteras movedizas de la utopía: su parte de rigor podría ser minimizado con precauciones metodológicas y terminológicas.
Para éste autor cobra importancia el segundo enfoque por lo interesante que resulta explorar otras metodologías pero que en definitiva el resultado siempre será complementario.
Conclusión:
Después de haber leído a éste autor hemos llegado a la conclusión de que el imaginario social ha existido y existirá, más allá de la forma en que fueron representados, cada uno en su época, y se puede decir, que desde la época de la Revolución Francesa, donde el imaginario estaba representado no por imágenes, sino por los discursos políticos efectuados en la época, fueron representados en pos de la construcción de una nueva sociedad, una sociedad más justa, donde los desprotegidos tuvieran su lugar dentro de la sociedad.
Es el momento actual donde la sociedad necesita de los imaginarios para poder trabajarlos como elementos movilizantes y transformadores de una sociedad apabullada por la desigualdad y las injusticias. Es a través de la educación que muchos de estos elementos se podrían poner en marcha, la literatura es un medio muy importante a tener en cuenta para construir una sociedad libre de desigualdad que es lo que todo ser humano aspira para la sociedad actual.
Trabajar la utopía desde los imaginarios podría convertirse en un ingrediente mas que interesante ya que las utopías sociales aparecen en época de crisis como rechazo a un orden social existente, y la sociedad actual está ávida de una alternativa de cambio basada en valores morales, éticos y políticos acorde a una sociedad más justa, como propuesta de una nueva forma de vida.
Bibliografía:
 Braninslaw Baczko, Los imaginarios sociales. Memoria y esperanza colectiva, Ed. Nueva Visión, Buenos Aires 1979.
 Moderno Diccionario ilustrado de la Lengua, Editorial Sopena, Edición especial para Argentina Tomo I,II,III.

sábado, 3 de mayo de 2008

¿Me ayudan a entender?

Estoy segura que este cuento les va a gustar, pertenece también al Padre Castellani, parece simple, pero estoy segura que no lo es al menos el mensaje debe ser profundo. ¿Qué entienden ustedes? Es valedera la humildad de la golondrina o es realmente egoista como dice el ruiseñor? ¿y de él que hay? ¿No es acaso sobervio? ¿Cuál es el mensaje que nos deja esto?

La golondrina

-Tú eres feliz -dijo el Ruiseñor a la Golondrina-. Se conoce en tu parloteo vivaz, en tus movimientos sueltos, en tu habilísimo patinaje aéreo que raya ahora las nubes más altas para descender luego fugazmente con una maravillosa rúbrica a rasar las aguas del lago en curvas armoniosas. ¡Qué vivaracha eres y qué graciosa, muchacha!
-¿Es lo mismo estar alegre que ser feliz? -dijo ella.
-No sé -dijo él-. Pero tú eres feliz.
-¿Y cómo no he de serlo si soy sencilla, soy artista y soy amada? A mí me basta para casa un rancho mitad paja y mitad barro; no le pido mucho a la vida. Yo soy artista y alabo a Dios por la belleza de las cosas. Y procuro ser buena; soy inofensiva y no hago mal a nadie.
-Yo también soy artista -dijo el Ruiseñor-; y sin embargo mi garganta rompe muchas veces en sollozos agudísimos.
-Es que tú produces para el público, cantas para ser oído por los hombres y los pájaros y tu mujer y tus hijos. Yo canto para mí, y cuando siento la belleza del cielo vespertino o el encanto del amanecer desahogo mi admiración por las cosas de Dios en gorjeos, sin preocuparme de poner mis internas armónicas en solfas inteligibles. Y así nunca he progresado en la técnica y mis chirridos alegres son tan iguales y tan monótonos como el canto de mi vecino el Grillo violinista o la Chicharra guitarrera.
-Yo -dijo el Ruiseñor- intento comunicar a todos mis hermanos de la creación el sentimiento del fulgor del rostro divino que percibo en las cosas. Eso me causa a veces dolores como de parto, pero también gozos muy subidos. Tus alegrías son egoístas. No hay felicidad fuera del amor, y el amor es comunicación. Se me figura que yo ocupo un lugar más alto que tú en la escala de los seres, alegre muchacha volandera.
-Me tiene muy sin cuidado -contestó la Golondrina a quien ya quemaba las patas el alero en que se había asentado por cinco minutos-. ¡A volar! Adiós, genio.
¿Y qué moraleja sacaremos de todo esto?, pregunto yo. Dios mío, no lo sé. Pero esto fue lo que se dijeron el Ruiseñor y la Golondrina.

jueves, 1 de mayo de 2008


“... Comenzamos a cada instante enlazando con lo que hemos sido, con lo que somos, pero al mismo tiempo deshacemos lo que hemos fabricado, lo que hemos creado, y creamos otra cosa. En esto consistiría, a grandes rasgos, la vida humana, una inacabable tensión –una búsqueda de
sentido–, entre «lo que me encuentro», las situaciones, y «lo que imagino», los deseos.
Y en eso consiste también la educación, en mantener viva –frente a la situación heredada–, la transformación inacabable...”


Joan Carles Mélich