domingo, 20 de abril de 2008

Flaco y barrigón

El año pasado, durante una clase Máximo nos habló de los cuentos del Padre Castellani, se asombró pues muchos de nosotros no lo conocíamos, así que los busqué y encontré algunos.
Quiero compartir con ustedes este que me parece ilustra lo que sucede en educación y a lo que en tantas clases nos hemos referido.

Le tuvieron lástima al Matungo, que ya no podía con los huesos, y en pago de sus doce años de tiro lo soltaron para siempre en un alfalfar florido.
El alfalfar era un edén caballuno, extenso y jugoso, y Matungo no tenía más que hacer que comer a gusto y tumbarse en la sombra a descansar después, mirando estáticamente revolotear sobre el lago verde y morado las maripositas blancas y amarillas.
Y sin embargo Matungo no engordó.

Era muy viejo ya y tenía los músculos como tientos.
Echó panza sí, una barriga estupenda, pero fuera de allí no aumentó ni un gramo, de suerte que daba al verlo, hundido en el pastizal húmedo hasta las rodillas, la impresión ridícula de un perfil de caballete sosteniendo una barriga como un odre.
-¡Qué raro!
-No crea. Lo mismo le pasa a mucha gente. Al que lee mucho y estudia poco, al que come en grande y no digiere, al que reza y no medita, al que medita y no obra. Flacos y barrigones.

domingo, 13 de abril de 2008

SIN TÍTULO

¿Cómo es posible el hecho educativo sin el canto de la calandria? Poesía (Canto), regulatividad natural de los actos humanos (“moralidad”), Pedagogía: indisociables. En su emersión todos estos aspectos se dan juntos, en armónica unidad.

¿Puedo ver El Camino? ¿Hay caminos? ¿Hay esencias? ¿Cuál es mi nombre, mi título que me determine “como tal”…? ¿Qué amo? ¿Amo?

Todo, recién, está comenzando. Mucho de lo que el Maestro muestra nos turba y da vértigo. Creo que sólo me queda velar por la coherencia, y la Amistad sin fines… Al menos eso (que no será poca cosa).

Que grato anhelo, Flor de jacarandá, aquello de “llenar la barca de nuestros dioses”. Pienso en el “entusiasmo” por lo divino que nos hace cantar; vuelta a lo mismo. Poesía-Pedagogía-Moral.

Me dieron ganas de escucha a Atahualpa:

Que yo les cuente mis penas

            me piden de tarde en tarde. 
           Si en ellas está mi fuerza 
           déjenme que me las calle. 
 
Voy anclando por el mundo
          Camino de cualquier parte. 
          Llena de piedras la senda, 
          lleno de sueños el aire. 
 
          La vida es un lazo largo 
          estira'o sobre la tierra. 
         En una punta una dcha, 
         y en la otra punta una pena 
 
         Así va mi corazón 
        lleno de sueños y ausencias, 
        sin encontrar su querencia 
       perdido en la cerrazón. 
 
       No se ve la Cruz del Sur 
       en las noches de tormenta. 
       Hay que mirar dentro de uno 
       para encontrarla a la huella. 
 
       Cuando me cansa el camino 
       me pongo a mirar p'adentro 
       como quien arrima leñas 
       al fogón de unos recuerdos.

Saludos, Nacho.

jueves, 10 de abril de 2008

La misión de educar




Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca. Hay que medir, pesar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar,
que ese barco -ese niño-
mientras uno trabaja,
irá muy lejos por el agua.


Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hasta islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada.






Hno. Fermín Gainza

martes, 1 de abril de 2008

Reflexión crítica sobre nuestras propias practicas.

Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que las prácticas educativas promueven procesos continuos de cambio, pero el docente nunca da muestra de la misma ya que no se plasman en las prácticas pedagógicas, por lo tanto estas se llevan solo desde una unidireccionalidad es decir, del sistema al aula y no en forma viceversa.
Por lo tanto algunos componentes claves a señalar serian, currículum flexible, promoción continua, buena organización escolar, en cuanto al ambiente enfocado al aprendizaje.
Si se habla de formación algunos elementos a tener en cuenta serian: las prácticas reflexivas, lenguaje y si se parte del proceso de enseñanza aprendizaje, se plantea de que el alumno construya su propio conocimiento, asimilando nuevos conocimientos sobre la base de los ya conocidos.
Sin embargo muchas veces estos enunciados quedan en simples palabras y las intenciones para lograr lo antes mencionado no superan las buenas intenciones.

Si bien es cierto que las intenciones educativas son importantes y la reflexión sobre la práctica también para lograr estos cambios es necesario un cierto grado de rigurosidad, sistematización y metodicidad aplicada a la búsqueda de los mismos. Para cambiar nuestras prácticas docentes es indispensable tener lo que Paulo Freire llama “curiosidad epistemológica”, que no es ni más ni menos que una curiosidad metódicamente rigurosa.
Parte de esta curiosidad epistemológica es la capacidad de cuestionar no solamente nuestras propias conductas, conocimientos y creencias, si no que sientan las bases para la misma. Conocer nuestras propias formas de conocer e interpretar la información implica examinar nuestros propios supuestos.
En el marco de nuestras prácticas pedagógicas tenemos que cuestionar las teorías que orientan nuestras conductas para poder así transformarla. La reflexión crítica sobre nuestras prácticas es una etapa medular porque permite evidenciar la brecha entre el discurso y la práctica, entre la intención y la acción, entre lo ideal y lo real. Es el momento de la toma de conciencia sobre las creencias, conocimientos y conductas de nosotros mismos para poder transformarla. Es importante conocer en que consiste éste proceso y como poder orientarlo para poder generar verdaderos procesos de reflexión crítica sobre la práctica educativa y pedagógica.
Las demandas sociales, familiares y profesionales se vuelven más complejas y exigentes cada día. La globalización nos presenta diferentes culturas, religiones ideologías, percepciones y opiniones, es por eso que no podemos seguir enfrascados en nuestras propias perspectivas y debemos interactuar con otros y comprender que esto abre una puerta muy importante a ver lo diferente de nuestras propias concepciones, es decir a autoevaluarnos, revisar nuestros propios sistemas de creencias y valores, los propios conocimientos, las propias actitudes y conductas y consecuentemente los supuestos que subyacen en él.
Tenemos que asimilar la diversidad de formas de pensar en el mundo y no solamente operar con nuestras propias creencias, conocimientos y opiniones, sino que también brindar ayuda pedagógica para que los alumnos construyan o reconstruyan las propias en forma autónoma e independiente. Todo lo cual requiere de una apertura ideológica, religiosa, epistemológicas y un compromiso ético profesional. Para esto es necesario tener la capacidad de percibir la forma en que aprenden los alumnos y como nuestras acciones en la función de docentes influyen en dicho aprendizaje, esto exige la toma de conciencia sobre las propias formas de actuar y de pensar. Es necesario evaluar y cuestionar los supuestos que orientan las propias creencias, conocimientos y conductas y ser capaz de transformarlo. Esto es sumamente difícil porque se trata de aprendizajes enraizados en la propia identidad y en las concepciones ideológicas y epistemológicas.
También a todo esto se le debe añadir un cuestionamiento a las relaciones de poder y de los patrones opresores y destructivos para poder cambiar la realidad haciéndola más equitativa y justa.
En la medida que se desarrolla la capacidad para cuestionar los propios supuestos estas situaciones son percibidas como oportunidades de desarrollo personal.
Los supuestos son elementos importantísimos en el proceso de enseñanza aprendizaje y que son “sistemas de creencias que determinan las formas en que se interpreta lo real”. Es decir que cuestionar los supuestos que forman su marco de referencia o la forma de percibir y conocer, es también desarrollar mayor capacidad de comprender diferentes puntos de vista y de percibir los patrones de los propios pensamientos y acciones con la finalidad de cambiarlos.
Es decir, que permitirnos una reflexión crítica como objetivo en nuestra practica docente deberá ser una postura a largo plazo y poder ver los resultados en la forma de hacer y ver las cosas.

BIBLIOGRAFÍA:
 Pedagogía y Política de la esperanza. Teoría, cultura enseñanza. Una antología crítica. Henry Giroux. Amorrortu Editores, Buenos Aires-Madrid,