lunes, 13 de octubre de 2008

Los discursos infames



Un video que provoca al que de alguna manera ya no se conforma con el discurso hegemónico del viejo mundo.
Me pregunto cuántos discursos todavía no podemos descifrar. Cuánto de todo lo que nos rodea, nos adiestra y nos mantiene en nuestro lugar.

"(...) Un puñado de caballeros, doscientos infantes y unos cuantos perros especialmente adiestrados para el ataque diezmaron a los indios. Más de quinientos, enviados a España, fueron vendidos como esclavos en Sevilla y murieron miserablemente."

Luego, un grupo de teólogos protestaron por la esclavización de los indios y entonces la prohibieron, no, mejor dicho, la esclavización fue bendita. Antes de cada entrada militar, los capitanes debían leerles un extenso y retórico requerimiento que los exhortaba a convertirse a la santa fe católica: "Si no lo hiciéreis, o en ello dilación maliciosamente pusiéreis (...) con la ayuda de Dios entraré poderosamente contra vosotros y vos haré guerra por todas las partes (...) tomaré vustras mujeres y hijos los haré esclavos (...) y os tomaré vustros bienes y os haré todos los males"

Parece que Colón quedó deslumbrado con el Caribe y regaló a los indígenas bonitas cosas.

Si uno se pone a pensar cuánto de todo esto se puede rescatar en nuestra sociedad, es más somos parte de ello.
Me pregunto cómo oír, ver, descifrar las voces de los que no pueden hablar, quizás las nuestras, la de nuestros hijos, la de muchas personas que no tienen espacio para hacerse ver.

"Hoy día, en el Zócalo, la inmensa plaza desnuda del centro de la capital de México, la catedral católica se alza sobre las ruinas del templo más importante de Tenochtitlán, y el palacio de gobierno está emplazado sobre la residencia de Cuauhtémoc, el jefe azteca ahorcado por Cortés ¿el héroe español? Dice Galeano en su obra Las venas abiertas de América Látina, que pese a todo los conquistadores no pudieron abatir del todo sus muros gigantescos y hoy puede verse, al pie de los edificios coloniales, el testimonio de piedra de la colosal arquitectura incaica."




Hace poco veíamos la normalización del cuerpo en psicología, también la escuela popular de Sarmiento que buscaba normalizar, civilizar, recorrimos las diferentes etapas de esta y cómo los proyectos económicos daban forma a las lecturas del aula y a los valores que se enaltecían en educación.

Me pregunto ¿de qué escuela somos parte hoy los docentes?



Texto: Eduardo Galeano "Las venas abiertas de América Latina" y Daniel Vidart "Idiología y realidad de América" (1968) citado por Galeano.