domingo, 17 de febrero de 2008

Para compartir...

Recorriendo el blog, (cuando tendría que estar trabajando en el proyecto de tesina) volví a detenerme en la foto de la mujer amamantando.
Y volví a preguntarme por esta tonta dualidad hombre-animal, hombre- naturaleza, de la que está cargada y recargada nuestra pobre (y rica) cultura “occidental y cristiana”. Volvía pensar el texto de Luisito, y a convencerme de cuánto hay para aprender, sólo mirando (con intención) las realidades que parecen ajenas a nuestra existencia.
Mirar, más allá de nuestras de nuestras narices, nos puede permitir descubrir un universo increíble, amigo, armónico, fraterno, (no enemigo, malvado, salvaje) no sólo con los mismos sujetos de la especie a la que pertenecemos, sino con otros, tan llenos de vida (o más) como nosotros.
La foto: Para alabar a nuestra madre tierra, o a quien cada uno crea responsable de tanta belleza. Un simple gesto para repensar nuestro lugar en este mundo (al lado y no encima de otros)

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