martes, 10 de junio de 2008

Arrojado al mundo uno vive la continua búsqueda


“…porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer.”

Esta frase me apasiona, la tomé del texto de Sábato “La resistencia” Me parece de una belleza incalculable y me ayuda a ver la realidad, mí realidad, desde una perspectiva esperanzadora.
Es difícil expresar un análisis sobre la actualidad, posiblemente porque me falten elementos para hacerlo con exactitud, pero la reflexión no nos reclama elementos para vivenciarla, ella surge desde la experiencia, desde lo que vivimos, creemos, pensamos.
Cuando nos preguntamos qué es la realidad supongo que aparecerán tantas definiciones como lectores lean esta pregunta en algún momento. Para algunos la realidad será lo que le pasa en su vida concreta, otros incluirán a esto sus pensamientos, sus sentimientos, su subjetividad.
Esta semana a partir de algunas charlas que tuve, me enfrenté a una situación que me reveló mi posición en este mundo. Me acordé de ustedes, mis compañeros, mis profesores, algunos amigos de la vida, algunos autores de textos maravillosos e inspiradores de justicia, solidaridad, compromiso, libertad. Me acordé de aquel día en el que rendimos análisis del discurso y mi compañero Ramiro leyó “Ventana para la utopía” de Galeano. Me conmoví con la frase, me pareció preciosa.
¿No han sentido alguna vez esa sensación de que la mirada que tienen del mundo, no es la real? ¿No han tenido la sensación de que viven una vida de abstracción?
Los fines que como educadores perseguimos “son ideales”, utopía diría Galeano. ¿Cuál es la esperanza de que un pueblo pueda re-surgir? ¿Cumplimos los educadores un rol fundamental en esta tarea? ¿Qué lugar ocupa la política en este aspecto? ¿Y las personas que vehículizan estas políticas?
Siento que la docencia padece mucha ingenuidad, creo que es algo que hemos ido descubriendo, pero también la política es una dimensión que me consterna ya que veo que está vacía de verdaderos valores y los hombres y mujeres corrompidos por el único deseo de “hacer carrera” como suelen llamarle. Esto, en el diálecto del ámbito, es ir detrás del poder y el dinero, ascender. No estoy diciendo que todos quienes se involucran en la política persigan estos objetivos, sabemos que todos nuestros actos, llevan implícita una concepción política y también, doy fe de eso, muchas personas hacen política con el solo fin de hacer el bien, de promover acciones que posibiliten una mayor justicia social.
Me preocupa el modo en que las personas que tienen el liderazgo político, la participación partidiaria, que en definitiva serán potenciales gobernantes, ven la política.
La pregunta que se me aproxima es, cómo construiremos una sociedad de valores profundos, más humanos, con un aparato político individualista, de medios nefastos y con una mirada de la realidad tan distante de los valores como el amor, la fraternidad, la solidaridad, el bien común.
¿Cuál es nuestro rol en la educación? ¿Seguir mirando la realidad recortada, seguir en el camino de la abstracción, de lo teórico, de las palabras esperanzadoras?
¿Cómo construir un fundamento para la esperanza? ¿Cómo encontrar la grieta y poder atravesarla?

Escribo esto con la única intención de compartir mis interrogantes, mis miedos, mis inseguridades. Solo a modo de reflexión. No tengo las respuestas, solo las incertidumbres.

3 comentarios:

rosario dijo...

¿Será la realidad como el espejo, que refleja solo lo que quiero ver? ¡Cuántas preguntas y sin poder darte respuesta!...yo no las tengo... ¡ Cuántas veces me he preguntado si la realidad es lo que estoy viviendo, o es otra utopía más! ¿Y como docente? ¿somos ingenuos realmente o hay una cuota de soberbia por ahi? El problema está en que una vez que hemos logrado sacar la cabeza del "agujero" donde estamos, ya no podemos volver atrás, y ante tantas preguntas que nos presenta esta "realidad" o lo que sea que percibimos, solo nos queda como un acto de responsabilidad, salir en búsca de respuesta,"despertar".
Esto me lleva a recordar un relato muy rico para mi:
¿Tienes idea de cuántas vidas debimos cruzar antes de que lográramos la primera idea de que hay más en la vida que comer, luchar, o alcanzar poder en la bandada? ¡Mil vidas Juan, diez mil! y después cien vidas más hasta que empezamos a aprender que hay algo llamado perfección, y otras cien para comprender que la meta de la vida es encontrar esa perfección y reflejarla. La misma norma se aplica ahora a nosotros, por supuesto: elegimos nuestro mundo venidero mediante lo que hemos aprendido en éste. No aprendas nada, y el próximo mundo será igual que éste, con las mismas limitaciones y pesos de plomo que superar...(Juan Salvador Gaviota)

Escritores de Basavilbaso dijo...

Creo que la clave está en descubrir que el poder lo tiene el pueblo, que el poder mana de cada uno de nosotros, que somos los votantes los que debemos hacer la política silenciosa, la de la acción no la del discurso populista sin realidad, sin tierra firme.
El rol de los educadores es el rol que cumplieron fantásticamente muchos educadores que mostraron la verdadera fuerza del pueblo. Aquellos que fueron fusilados por mostrar la realidad, por develar el verdadero discurso de quienes toman la palabra porque "pagan" los micrófonos con el dinero del pueblo.
A pesar de tener mi convicción en un partido político, muchas veces por día critiqué , critico y criticaré a quien incluso he votado. Creo que esa utopía se puede volver realidad si cumplimos nuestro rol. Pero para ello, y esto no es joda, debemos analizar los discursos, entenderlos y descubrirles la intención a "todos los populistas" avaros en sus ideas o lo que es peor vacíos de ideas.
Gracias por la relfexión. Me hizo recordad también un texto de Echeverría "Apología del matambre. Cuadro de costumbres argentinas". Dejar de ser "comunes" distinguirnos y ayudar a que otros se distingan en la masa, aunque veamos el mundo desde una perspectiva no dejemos de encontrar las virtudes y los defectos de cada arista, y desde allí poder cambiar un poco la realidad.

Sergio dijo...

Sólo algunas palabras: vivir en democracia tiene un costo y conlleva obligaciones; la democracia no es gratuita ni mágica.
No existe una "clase política", son emergentes de una construcción sociocultural.
Tenemos un deficit de capacidad para organizarnos y generar poder verdadero.
Las discusiones no pueden ser "actos de fe", es decir, aceptar posturas, opiniones o conceptos según la cara del expositor. Urge debatir sobre ideas y datos ciertos. En política no hay buenos y malos, sino poder puesto en sino. El problema es quién accede a ese poder.
No se puede obviar el contexto mundial. ¿Vemos lo que pasa en el mundo? Parece que no.
El concepto de pueblo citado por Lourdes es muy interesante, pero ¿Qué es el pueblo? ¿Quiénes? ¿Quién lo define? ¿Somos "un" pueblo"?
Yo tampoco tengo muchas respuestas, pero sí tengo claro que no se puede construir sobre el olvido histórico, los debates profundos y el compromiso social.
Y todo esto que cité está muy pero muy presente en este patético reciente invento argentino.
Agrago una pregunta: ¿No habrá que comenzar a discutir el sistema? ¿No será que nos pasa el capitalismo neoliberal? ¿Podremos pensar otro camino? No se, digo, tal vez...