sábado, 3 de mayo de 2008

¿Me ayudan a entender?

Estoy segura que este cuento les va a gustar, pertenece también al Padre Castellani, parece simple, pero estoy segura que no lo es al menos el mensaje debe ser profundo. ¿Qué entienden ustedes? Es valedera la humildad de la golondrina o es realmente egoista como dice el ruiseñor? ¿y de él que hay? ¿No es acaso sobervio? ¿Cuál es el mensaje que nos deja esto?

La golondrina

-Tú eres feliz -dijo el Ruiseñor a la Golondrina-. Se conoce en tu parloteo vivaz, en tus movimientos sueltos, en tu habilísimo patinaje aéreo que raya ahora las nubes más altas para descender luego fugazmente con una maravillosa rúbrica a rasar las aguas del lago en curvas armoniosas. ¡Qué vivaracha eres y qué graciosa, muchacha!
-¿Es lo mismo estar alegre que ser feliz? -dijo ella.
-No sé -dijo él-. Pero tú eres feliz.
-¿Y cómo no he de serlo si soy sencilla, soy artista y soy amada? A mí me basta para casa un rancho mitad paja y mitad barro; no le pido mucho a la vida. Yo soy artista y alabo a Dios por la belleza de las cosas. Y procuro ser buena; soy inofensiva y no hago mal a nadie.
-Yo también soy artista -dijo el Ruiseñor-; y sin embargo mi garganta rompe muchas veces en sollozos agudísimos.
-Es que tú produces para el público, cantas para ser oído por los hombres y los pájaros y tu mujer y tus hijos. Yo canto para mí, y cuando siento la belleza del cielo vespertino o el encanto del amanecer desahogo mi admiración por las cosas de Dios en gorjeos, sin preocuparme de poner mis internas armónicas en solfas inteligibles. Y así nunca he progresado en la técnica y mis chirridos alegres son tan iguales y tan monótonos como el canto de mi vecino el Grillo violinista o la Chicharra guitarrera.
-Yo -dijo el Ruiseñor- intento comunicar a todos mis hermanos de la creación el sentimiento del fulgor del rostro divino que percibo en las cosas. Eso me causa a veces dolores como de parto, pero también gozos muy subidos. Tus alegrías son egoístas. No hay felicidad fuera del amor, y el amor es comunicación. Se me figura que yo ocupo un lugar más alto que tú en la escala de los seres, alegre muchacha volandera.
-Me tiene muy sin cuidado -contestó la Golondrina a quien ya quemaba las patas el alero en que se había asentado por cinco minutos-. ¡A volar! Adiós, genio.
¿Y qué moraleja sacaremos de todo esto?, pregunto yo. Dios mío, no lo sé. Pero esto fue lo que se dijeron el Ruiseñor y la Golondrina.

5 comentarios:

isabel dijo...

Rosario: muy lindo el cuento pero otro dia con mas tiempo "te ayudo a entender" ahora estoy corrigiendo el trabajo de Teoria social y del Estado" intente anoche pero tarda muchisimo.Un beso Isabel

Escritores de Basavilbaso dijo...

Cada uno es feliz a su manera. En fin, no sé si se es feliz de cualquier manera, me parece que se vive exteriorizando cómo uno es en realidad.
La golondrina con su alegría diaria, optimista, llena de vida, contangiando con su alegre aleteo y vida, de una lugar a otro, nómade como los seres humanos, que vivimos aquí, paseamos allá, estudiamos acullá...
El ruiseñor mas circunspecto, con la preocupación de la vida, dolorido de todas las cosas que lo agobian, que lo envuelven, se hace cargo de lo suyo y de lo que le corresponde a los demás y vive cantando con preocupación...
¿Vive?

Espero que alguien más opine, toda la fábula es la moraleja.

Nos vemos el sabado, si Dios quiere.

Juan Ignacio Lugli (Nacho) dijo...

¡Váyase a saber qué moraleja sacar!
Un texto comprometedor, al momento de pensarlo. Impresionante este "cura loco".
Muchas gracias, Rosario.

Saludos.
Nacho.

Angeles dijo...

Rosario, me gusto lo que escribiste me dejo pensando. Gracias por compartirlo

Gerardo dijo...

Me quedo con la pregunta final. Comparto la consideración de Nacho.
Agrego: del texto se desprende que el autor mismo no sabe la moraleja. Comparte con nosotros una gran pregunta. Para bajarse del caballo y meditar...