domingo, 2 de diciembre de 2007

Paradoja

Paradoja por Mariano Mariani

Cada vez más me fatiga escribir, pues debo abandonar ese grato estado contemplativo y reemplazarlo por la prisión de las letras, esa sinfónica comunión con el mundo por la revisión anímica de mi ojo interior. Si pudiera abandonar este lenguaje lo haría, intoxicado, desgastado, pobre para traer y mostrar lo vivido, exigido por aquellos oídos perezosos me veo en la tarea de hablar mas de la cuenta, exigido por aquellos ojos que no quieren ver debo señalar con estas lánguidas frases. Hay una diferencia abismal entre “ver las hojas en sus matices de marrones jugar con el viento” y lo que ocurrió entre ellas y mi centro profundo antes de que me dignara a escribir esa frase fría, el lenguaje corre tras lo real. Suele ocurrirme al releer mis textos, letras muertas, ya no guardan el calor con las que las escribí y estas quizás ya estén muriendo. Lo efímero me duele. Se fueron las cándidas sonrisas de ayer, se fue la sorpresa del amor, esa poesía que desgarro mi corazón no es mas que un trozo de papel amarillo. Pero me resisto un poco, quizás por que no nos desembarazamos del don de la esperanza, titubeo antes de dejar la letra, doy un rodeo mas para tentar las musas de antaño, esas que nos dejan soñar entre la letra y el papel, esas que parecen dirigir mi mano en danza mágica dando estrepitosos garabatos, ¡Maravilloso! casi me atrapan, casi me encierran estos signos atrevidos que osan tocar mi pecho en esta noche de nostalgia irradiada, si pudiera escribir te amo como aquella vez, si pudiera leer te extraño nuevamente, pero solo extraño “tus extraños”, la letra no ha guardado nada. Mi imaginación vuela pero no puedo ver la rosa que ve ese poeta, ni sus ríos, ni su Dios, ni su amor, las palabras no suplen ni acompañan hoy mi soledad. Impalpables ya se van, ¿cuanto de mi quedara aquí, cuanto de mi quedara en ti?

3 comentarios:

Silvina Carraud dijo...

Todo es efímero. Aunque duela. Y claro que duele. Lo único que queda es la experiencia. Aún resonando en mí las palabras de Jorge Larrosa, coincido en dignificar la experiencia, con su connotación de incertidumbre, provisionalidad, fugacidad.Somos sujetos pasionales, expuestos, vulnerables, frágiles. Y creo que de esto se trata, de no negarnos la posibilidad de sentir y de esperar, aún cuando en la desolación nos parezca imposible volver a encontrar un sentido a las palabras. A esas palabras que tanto significaron y que ahora ya no están.

Escritores de Basavilbaso dijo...

Mariano, maravillosa interioridad que hace de ti pura expresión.
¡Qué distintos somos! ¡DIOS! ¡Gracias!
Para nada demuestras la dificultad de la palabra, por lo menos la escrita.
Sin embargo yo, sin la palabra moriría, sentiría el correr lento de la sangre que se acaba en cada latido del corazón.
No sería yo, sería un extraño ser divagando con los sentidos inexpresos, con los sentidos muertos, boca abierta sin aire, cuerpo sin vida.

Mariano dijo...

Gracias Silvina y Sofia, sus comentarios me hacen descubrir facetas que no imaginaba estaban en el escrito.
Para seguir pensan-sientien-dolas

Un abrazo