Grite mi nombre y nadie respondió, ¿quien es el que habla cuando habla esta lengua? ¿De quienes son estos deseos, estas penas y apegos? Los siento lejanos y recónditos al hurgarme. Quizás sea solo un grito, un grito que se mezcla con el viento que mece despóticamente esas hojas secas en esta tarde de diciembre. ¡Mariano!... ¡Mariano!
VIENTO
Soy viento, iracundo a veces, manso otras
Llevo origen y porvenir
Calo en la carne y surge palabra
Soy quien une y separa en danza perfecta
Soy viento, lejano a veces, cercano otras
Música y ruido, voz y canto
Silencio incoloro, abismal
Susurro, esperanza
Soy viento, arcano
Terreno y celeste
Felino, serpiente y pasto
Páramo y montaña
Soy viento, cristal
Trueno, fuego y río
Soy viento, la unidad
Pilastra.
VIENTO
Soy viento, iracundo a veces, manso otras
Llevo origen y porvenir
Calo en la carne y surge palabra
Soy quien une y separa en danza perfecta
Soy viento, lejano a veces, cercano otras
Música y ruido, voz y canto
Silencio incoloro, abismal
Susurro, esperanza
Soy viento, arcano
Terreno y celeste
Felino, serpiente y pasto
Páramo y montaña
Soy viento, cristal
Trueno, fuego y río
Soy viento, la unidad
Pilastra.
2 comentarios:
HERMOSO POEMA MARIANO.
Coincido con vos que somos el eterno fluctuar entre el viento y la brisa, lo cercano y lo lejano, entre la ira y la mansedumbre, entre melodías y estridencias...
Somos carne y espíritu y eso es todo.
Buscar el equilibrio es el eterno juego de la vida.
Buscar la felicidad, buscar a Dios, nuestra meta y nuestro rumbo.
Gracias Sofia, muy atento lo tuyo...
Un abrazo
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