LA EDUCACIÓN DEL FUTURO: DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS
El texto de Horacio Cohen, en verdad, conmueve al tocar fibras básicas de nuestra existencia. Muchas cosas me conmovieron, el pensar la fuerza hacia atrás, ver como los demás caminan sin problemas (pareciera), los interrogantes sobre mis pasos, y si lo son, hacia donde...y el cierre, que es concluyente con el texto. Angustia. Claro, es el ser humano.Gracias Flor de Jacaránda por tu refflexión y por levantar este bello texto
El texto de Horacio Cohen me hizo recordar un cuento de Máximo que aparece en “El Mudo” y que lleva por título: “Acorralado”. Se puede allí leer “Por las sendas de un umbroso bosque caminaba un hombre, lento y cabizbajo, sus negros pensamientos (...) Llegó a un cruce de múltiples senderos. Se paró y miró cada uno de ellos. Lo rodeó el Temor, luego el Miedo y al fin el Terror. (...) Para atrás no podía volver. Era el infierno. Tampoco podía dar un paso para adelante. Así que se paró sobre el instante y se convirtió en estatua”. Recuerdo que “Acorralado” tuve el placer de escucharlo de Máximo en una de las clases. Creo que los dos textos dialogan secretamente en una de las tantas islas de la literatura. De ese diálogo yo pude escuchar lo siguiente: que existen momentos en los que los seres humanos podemos dejarnos “tragar” por la “jungla de los sentimientos”. Momentos de los cuales podemos salir aireosos para “contar el cuento”, o paralizarnos, con consecuencias nefastas para nosotros (la persona y todos los que la rodean). Los dos textos siguen dialogando, son tantas las cosas que se dicen. En las clases de “Filosofía práctica y DDHH” hablamos muchas veces del peligro de la parálisis, y el de caminar por sendas perdidas, no pudiendo adecuar nuestra realidad a nuestras acciones, cuando nos desfasamos. Hay veces que surgen sentimientos de “irrealidad”, cuando percibimos a los demás avanzando y a nosotros quietos, o, peor aún, retrocediendo... Ante esto me surgen preguntas ¿En qué medida nosotros podemos sentirnos excluidos de ese avance/retroceso? ¿puede una persona avanzar/retroceder sola? ¿Dónde queda la dimensión comunitaria de nuestra existencia?... Los textos siguen dialogando, en este punto creo que ya no escucho bien... hay mucho ruido...Esto me hizo reflexionar la lectura de este texto de Cohen y la relectura que hice de “Acorralado”... Gracias Flor de Jacarandá. Disculpas Máximo y si me salí demasiado de tus intenciones al escribir “Acorralado”
Gracias Máximo y Gerardo por tomarse tiempo para pensar en el texto, me alegra que les halla generado cosas. Esa era mi intención, compartir parte de lo que me ha parecido digno para detenerse a reflexionar.saludos!!!!
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3 comentarios:
El texto de Horacio Cohen, en verdad, conmueve al tocar fibras básicas de nuestra existencia. Muchas cosas me conmovieron, el pensar la fuerza hacia atrás, ver como los demás caminan sin problemas (pareciera), los interrogantes sobre mis pasos, y si lo son, hacia donde...y el cierre, que es concluyente con el texto. Angustia. Claro, es el ser humano.
Gracias Flor de Jacaránda por tu refflexión y por levantar este bello texto
El texto de Horacio Cohen me hizo recordar un cuento de Máximo que aparece en “El Mudo” y que lleva por título: “Acorralado”. Se puede allí leer “Por las sendas de un umbroso bosque caminaba un hombre, lento y cabizbajo, sus negros pensamientos (...) Llegó a un cruce de múltiples senderos. Se paró y miró cada uno de ellos. Lo rodeó el Temor, luego el Miedo y al fin el Terror. (...) Para atrás no podía volver. Era el infierno. Tampoco podía dar un paso para adelante. Así que se paró sobre el instante y se convirtió en estatua”.
Recuerdo que “Acorralado” tuve el placer de escucharlo de Máximo en una de las clases. Creo que los dos textos dialogan secretamente en una de las tantas islas de la literatura. De ese diálogo yo pude escuchar lo siguiente: que existen momentos en los que los seres humanos podemos dejarnos “tragar” por la “jungla de los sentimientos”. Momentos de los cuales podemos salir aireosos para “contar el cuento”, o paralizarnos, con consecuencias nefastas para nosotros (la persona y todos los que la rodean).
Los dos textos siguen dialogando, son tantas las cosas que se dicen. En las clases de “Filosofía práctica y DDHH” hablamos muchas veces del peligro de la parálisis, y el de caminar por sendas perdidas, no pudiendo adecuar nuestra realidad a nuestras acciones, cuando nos desfasamos. Hay veces que surgen sentimientos de “irrealidad”, cuando percibimos a los demás avanzando y a nosotros quietos, o, peor aún, retrocediendo... Ante esto me surgen preguntas ¿En qué medida nosotros podemos sentirnos excluidos de ese avance/retroceso? ¿puede una persona avanzar/retroceder sola? ¿Dónde queda la dimensión comunitaria de nuestra existencia?...
Los textos siguen dialogando, en este punto creo que ya no escucho bien... hay mucho ruido...
Esto me hizo reflexionar la lectura de este texto de Cohen y la relectura que hice de “Acorralado”... Gracias Flor de Jacarandá. Disculpas Máximo y si me salí demasiado de tus intenciones al escribir “Acorralado”
Gracias Máximo y Gerardo por tomarse tiempo para pensar en el texto, me alegra que les halla generado cosas. Esa era mi intención, compartir parte de lo que me ha parecido digno para detenerse a reflexionar.
saludos!!!!
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