jueves, 10 de enero de 2008
regalito para todos aquellos que con su fuego arden la vida
El Mundo
Un hombre del pueblo de Neguá, en Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso, reveló. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman;
pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende.
Autor: Eduardo Galeano
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
La flor del jacarandá es un fuego que está siempre vivo ... y enciende ... y por eso nos acerca bellas cosas como esta de E. Galeano.
Si pudieramos encenderle el corazón a cada ser a quien tenemos la oportunidad de llegar, muchas serían las gratificaciones. Muchos serían los corazones agradecidos que a veces con tan sola una oportunidad, podrían hacer crecer una llama y con ella su fe. La fe que todos debemos tenernos para poder crecer. Creer en nosotros y buscar siempre la verdad que a veces oculta no nos deja resurgir. Una verdad poco absoluta pero que nos permite seguir avanzando. Avanzar en una búsqueda que nunca termina y que puede provocar cierta angustia, pero que responde a una necesidad enteramente humana.
Quien no encienda aún la vida que se ponga a pensar en ello.
"Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida"
cariños de esta flor perdida que siempre busca su lugar y cómo encender esta apasionante vida.
¡Qué buenas reflexiones nos has acercado en este tiempo flor de jacarandá!
El fuego que da la vida... que alumbra y se consume...
Un abrazo
Publicar un comentario