viernes, 18 de enero de 2008

Pensamientos / Pensées

En uno de los trabajos prácticos de Filosofía Práctica y DDHH, en Cdia, se citó un texto de Pascal, también en algún momento en Epistemología fue citado. Picado por la curiosidad busqué el texto original y encontré algo que quiero compartir con Ustedes.

En el artículo XVII “Conocimiento general del Hombre” pude encontrar la imagen del náufrago, sorprendente (En los fragmentos que transcribí, intenté rescatar una sola idea, resalté también en negrita algunos pasajes. El texto completo no tiene desperdicio, el que pueda que lo lea...):

“Que el hombre contemple la Naturaleza entera, con su alta y plena majestad (...) Pero si nuestra vista se detiene aquí, nuestra imaginación llega más lejos, pero aún se cansaría antes ella percibir que la Naturaleza de dar. Todo este mundo visible no es más que un rasgo imperceptible en el vasto seno de la Naturaleza. (...) Por más que hinchemos nuestras concepciones más que todo lo imaginable, no producimos sino átomos, en comparación con la realidad de las cosas. Esta es una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes, la circunferencia en ninguna (...)

Que el hombre, al volver en sí, considere lo que es él, en comparación a lo que es; (...) ¿Qué vale un hombre en el infinito?

Más para presentarle otro prodigio no menos asombroso, que busque en lo que conoce las cosas más tenues. Que un gusarapole ofrece, en la pequeñez de su cuerpo, partes incomparablemente más pequeñas (...) Que dividiendo aún estas cosas, agota el hombre sus fuerzas en tales concepciones, y que el último objeto al que pueda llegar sea el de nuestro razonamiento... Tal vez piense que ha llegado a lo extremadamente pequeño en la naturaleza... Yo quiero hacerle ver ahí dentro un nuevo abismo (...) la inmensidad que se puede concebir en la Naturaleza, dentro del recinto de este resumen que es el átomo. Que vea una infinidad de universos cada uno de los cuales tiene su firmamento, sus planetas, su tierra en la misma proporción que el mundo visible (...)

Parece más natural creerse en disposición de llegar al centro de las cosas, que de abrazar su circunferencia. La extensión visible del mundo nos sobrepasa visiblemente; pero, como somos nosotros los que sobrepasamos las cosas chicas, nos creemos más capaces de poseerlas; y, sin embargo, no es necesaria menos capacidad para llegar a la nada, que para llegar hasta el todo. (...)

Conozcamos, pues, nuestro alcance; somos alguna cosa y no lo somos todo. Lo que tenemos de ser nos roba el conocimiento de los primeros principios, que nacen de la nada, y lo poco que tenemos de ser nos oculta la vista de lo infinito. (...)

He aquí, nuestro estado verdadero, esto es lo que nos hace incapaces de saber con certeza o de ignorar en absoluto. Vagamos siempre en un medio vasto, siempre inciertos y flotantes, arrastrados de uno a otro extremo. Cualquier cabo a que pensemos ligarnos, para afianzarnos, oscila y nos abandona; y si le seguimos, escapa a nuestras amarras, nos resbala y nos huye, en una fuga eterna. Nada se detiene para nosotros. Este estado nos es natural; nada, sin embargo, más contrario a nuestras inclinaciones; ardemos del deseo de encontrar una base constante para edificar una torre que se eleve a lo infinito; pero todo nuestro fundamento cruje, y la Tierra se abre hasta los más profundos abismos. (cuántos ejemplos de esto podemos encontrar en la historia!!!, acotación mía)

No busquemos, pues, ni aseguramiento ni firmeza. Nuestra razón es siempre desengañada por la inconstancia de las apariencias: nada puede fijar lo finito entre dos infinitos que le encierren y se le escapen.

Esto bien entendido, creo que cada cual estará quieto en el estado en que la Naturaleza le colocó.

Esta última sentencia: “cada cual estará quieto en el estado en que la Naturaleza le colocó”... me pone realmente inquieto, interrogante... ¿qué posición, y/o función si se quiere, se juega el hombre en la Naturaleza?

Esas son viejas preguntas que me acosan, y que Pascal, me refrescó. Espero no haber mutilado demasiado el texto original. Compartamos interrogantes...

3 comentarios:

Federico Agnello dijo...

FANTÁSTICO, BUEN AMIGO!!!!! FANTÁSTICO!!!!

SI PODREMOS EXTRAER COSAS DE ESTAS PALABRAS DE PASCAL QUE NOS HAS ACERCADO!!!!

ESTOY AGRADECIDO Y ME INVADEN EL SILENCIO Y LA CONGOJA DE LOS INTERROGANTES QUE PROFUNDAS HUELLAS CAVAN EN ALGUNAS FRENTES COMO LA TUYA QUERIDO GERARDO. NO DEJES DE PREGUNTARTE Y MOVILÍZANOS A LO MISMO. TE HAS ASOMBRADO Y NOS HAS HECHO LLEGAR ESE ASOMBRO.

Y QUEDA DANDO VUELTAS EN MI CABEZA ESTA EXPRESIÓN: 'SOMOS ALGUNA COSA Y NO LO SOMOS TODO' .

Disculpá mis mayúsculas, pero es que el texto me ha golpeado.

Un abrazo

Máximo Chaparro dijo...

¡Qué bueno, chamigos!!! Ir a las fuentes y leer lo que dicen estos grandes, como Pascal. Un texto magnífico has levantado y no lo has mutilado en nada, querido amigo Gerardo. (Dicho sea de paso, Morin que se ha puesto de moda en muchos ambientes, recoge en sus ideas centrales, lo que había visto ya el gran Pascal).

Mariano dijo...

Rescato tu simpatía, en el sentido de ESTAR con el autor, preguntar desde el corazón, buen fragmento, sugerente y rehabilita temáticas de siempre.

Un abrazo.